1. Recuerda que las sensaciones no son más que una exageración de las reacciones corporales normales al estrés, que en cada persona actúan de una forma concreta (sudoración palpitaciones, taquicardias, entumecimiento de manos, mareo...)
2. No son, en absoluto, perjudiciales ni peligrosas, solamente desagradables. No sucederá nada peor.
3. Deja de aumentar el pánico con pensamientos atemorizadores sobre lo que está sucediendo y a dónde podría conducir: en un momento dado pierdes el control y el propio miedo se alimenta
4. Observa lo que está sucediendo realmente en tu cuerpo justamente ahora, no lo que temes que pudiera pasar, esto te ayudará a dejar de anticipar consecuencias peores